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Viaja a México para enviar un bote de salsa al espacio y cumplir el deseo de su hijo

Málaga, 5 abr (EFE).- “Enviar un bote de salsa al espacio”. Ese fue el deseo que el hijo del actor y empresario Chico Requena pidió en Navidad por su décimo cumpleaños. Esta Semana Santa, el malagueño viajó a México para lanzar dos envases de picante a la estratosfera, a 40.000 metros de altitud, y cumplir así el peculiar sueño de su vástago.

Además de cómico y escritor, Chico Requena (Málaga, 1980) es el fundador de SpicyX, una empresa de salsas picantes, aptas para todos los públicos, que debe su nombre a SpaceX, la compañía aeroespacial del multimillonario Elon Musk.

“Salsas de otro planeta” es el lema de esta joven empresa alimentaria, así que el hijo de Requena, Hermes, pensó que qué mejor manera de hacer gala al eslogan de la firma que enviando un bote de condimento picante al espacio.

Y dicho y hecho. Requena se puso en contacto con varias empresas que realizaban este tipo de lanzamientos y acabó decantándose por Bxpace, con base en Monterrey, una importante ciudad del norte de México, “la tierra madre del picante”, próxima a la frontera con Estados Unidos, “el mayor consumidor de salsas del mundo”, explica en una entrevista con EFE.

A 40.000 metros de altitud

El lanzamiento se hizo el domingo 31 de marzo a las 10 de la mañana (hora local de México) desde una finca situada en medio del desierto. Se colocaron los dos botes de salsa picante -uno con sabor jalapeño y otro habanero- en un globo de helio equipado con un localizador GPS y varias cámaras que permitieron grabar y emitir en directo el vuelo.

El dispositivo se fue elevando durante dos horas, hasta que al alcanzar los 40.000 metros de altitud el globo explotó, como estaba previsto, y la cápsula en la que estaban las salsas, equipada con un paracaídas, comenzó su rápido descenso. Tardó apenas media hora en tocar tierra.

“Por fortuna”, comenta Requena, el dispositivo aterrizó en tierra, y no en el mar, a unos 150 kilómetros de distancia de donde estaban, así que junto a otros tres hombres, uno de ellos aprovisionado con un machete y otro con antídoto contra la picadura de víboras, se dispuso a recorrer este trayecto para recuperar los botes de salsa.

Los recipientes cayeron en un terreno pantanoso propiedad de la petrolera estatal mexicana Pemex. “La maleza llegaba por la cintura y había que abrirse camino con el machete”, explica Requena, que recuerda además el mal rato que pasaron cuando les pararon los agentes federales.

“Fue una aventura un poco salvaje que ya está hecha, pero que no vuelvo a repetir”, asegura.

Pese a las dificultades, Requena consiguió recuperar sus dos botes de salsa, que llegaron “un poco magullados, arañados y estuvieron congelados a menos 60 grados de temperatura”. Ahora los guarda en su casa de Málaga “como un tesoro”.

Su idea es quedarse con el bote de salsa habanera y donar el otro a la Fundación UAPO, del médico fallecido Jesús Candel, conocido en redes sociales como Spiriman, para que sea subastado y permita recaudar fondos para esta entidad de apoyo a pacientes oncológicos.

Chico Requena está feliz de haber podido cumplir el sueño de su hijo, que ahora no para de explicar a los amigos la hazaña lograda por su padre, y para celebrarlo tiene previsto repartir 40.000 botes de sus salsas en Málaga, Barcelona, Valencia y Madrid.

Pese a las dificultades de la acción que le llevó a recorrer más de 20.000 kilómetros en 72 horas, asegura que estas Navidades volverá a preguntarle a su hijo qué quiere por su cumpleaños. “Intentaré cumplir su deseo cada año al menos hasta que cumpla 21”, bromea. EFE

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